Te escribo desde mi habitación

Por Lucía Porto (4º ESO A)
¡Hola!

Te escribo desde mi habitación. Es por la tarde, acabo de merendar y  al mirar por la ventana he visto el cielo teñido de diferentes tonalidades anaranjadas. No hay pájaros en el tejado de enfrente y desde hace ocho días no se escucha el bullicio de las personas caminando por la calle, ni el ruido de los coches. Llevamos ocho días sin salir de casa y más de dos semanas escuchando en la radio y en la televisión noticias tristes. Esto parece una pesadilla.

Sin embargo, parece que en estos momentos tan difíciles es cuando vemos la humanidad de las personas. En las redes sociales he leído grandes iniciativas y por eso, hoy, te escribo esta carta.

Seguramente estemos a cientos de kilómetros, pero quiero decirte que no estás solo o sola. Los sanitarios no paran de publicar vídeos para concienciar a la población de las medidas de prevención que debemos tomar; los transportistas y los dependientes de supermercado trabajan sin descanso para satisfacer las necesidades básicas; los cuerpos de seguridad se encargan de mantener el orden y de hacer cumplir las medidas establecidas por el gobierno tras declarar España el Estado de Alarma. Los científicos buscan incansablemente una solución para este maldito virus.

Me gusta ver el lado bueno de las cosas, pensar que quizá esta situación nos haga aprender, valorar y crecer de forma individual y, sobre todo, como sociedad. Durante el día hago mis tareas de clase; por la tarde jugamos al parchís, bailamos, cantamos o hablo con mis amigos por Skype; y por la noche, al irme a la cama, pienso en la realidad que estamos viviendo. Es en ese momento cuando me doy cuenta de que de nada sirve tener el mejor vestido o un chalet de lujo si lo que verdaderamente me hace estar viva es la salud, la felicidad y el amor.

Siempre digo que ojalá cuando sea anciana sea como mis abuelos, dos personas que han disfrutado de la vida, con épocas mejores y peores, pero siempre saliendo adelante y con la mejor de sus sonrisas en la cara. Debemos disfrutar de lo que sí tenemos, valorar el ahora y hacer lo que a uno le haga feliz.

Espero haberte entretenido y que la esperanza y unión que tenemos aquí fuera, atraviesen las paredes de los hospitales para daros fuerza a todos los que estáis ahí.

Un beso de los que no contagian,

Lucía

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