HUIR DE LA COVID-19 QUEDÁNDONOS EN CASA



Por Alice Merli (IV LB)



Llevo mucho tiempo intentando analizar mis sentimientos desde que empezó todo esto, no es tan fácil como pudiera creerse. Siento cada día tantas cosas, no soy capaz de describirlas ni de explicarlas. Pero voy a intentarlo.
Al principio, a todos nos gustaba la idea de quedarnos una semana en casa, porque inicialmente era una semana solamente y, dado que este virus todavía era desconocido para nosotros, muchos seguían saliendo a la calle, iban de tiendas, quedaban con sus amigos... Porque sÍ, es verdad que las clases se habÍan suspendido, pero todavía el gobierno no había impuesto el confinamiento, quedarse en casa y salir solamente en caso de urgente necesidad. Todo esto era razón de felicidad para los jóvenes, además, aquellos primeros días ni siquiera teníamos clases virtuales.

Al principio parecían unas vacaciones. Pero empezaron las clases a distancia y con la mole de tareas que los profesores empezaron a ponernos , aquello se convirtió en un castigo. Ahora que llevamos dos meses encerrados en casa sin ver a nadie, estamos muy cansados. Los días empiezan muy temprano con las clases virtuales por videoconferencia. Yo tengo cuatro o cinco cada día: en cuanto estas terminan almorzamos y por las tardes seguimos estudiando para el día siguiente Aunque los deberes no sean muchos, ¿a qué otras cosas podríamos dedicarnos?
Cada día siento emociones diferentes: hay días en que me despierto y me siento muy contenta sin razón aparente, pero esta felicidad se esfuma pronto porque, de repente, me doy cuenta de que empieza un nuevo día igual al anterior.. Todos los días son iguales, no hay novedad. Yo tengo 17 años, lo único que quiero es pasar tiempo con mis amigos, disfrutar los días como mejor pueda. Mi vida antes de la covid-19 era muy dinámica y ahora estoy obligada a quedarme en casa. Algunos, como yo, tratan de aferrarse a sus recuerdos, ¿qué más podemos hacer si no? Los recuerdos queman y eso nos hace sufrir. Creo que nos refugiamos en ellos para tener un momento de libertad mental donde pensar en lo que teníamos en los días de normalidad. Y ahora me doy cuenta de que sí aprecio lo que tengo.
Conozco a personas que no aguantan ya quedarse en casa, se están volviendo locas. No todos tienen un jardín o simplemente una terraza para tomar un poco el sol o simplemente donde salir un poco. Entiendo que nos piden que nos quedemos en casa para protegernos, pero nos protegen solamente del virus, ¿y de la locura? Podría parecer una exageración pero, en mi opinión, para los niños, por ejemplo, es muy importante establecer relaciones y contactos con otros niños y otras personas; ¿esta situación no influirá negativamente en su crecimiento? Otra cuestión acuciante: ¿cómo se recuperará la economía?
¿Qué tal si pudiéramos pasar la cuarentena con nuestros amigos? Algo como el Decamerón de Boccaccio: ir al campo para alejarse del virus y transcurrir los días contándonos historias entre amigos. Sé que esto no es posible porque solamente podemos estar con nuestro núcleo familiar.
El virus no es algo de lo que podamos huir; en cambio, tenemos que escondernos en casa para protegernos.
Estamos solos en este momento. No hay nadie a nuestro lado, pero estamos solos solo físicamente. Estamos en 2020 y tenemos la posibilidad de seguir en contacto con quienes amamos y echamos de menos a través de videoconferencias.
En cuanto termine toda esta situación me gustaría disfrutar de todo el tiempo que tengo con todos aquellos a quienes no he podido ver en estos meses. La pregunta es: ¿cuándo terminará todo esto?



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