PEQUEÑAS COSAS
Por Giovanna D'Avino (III LB)
Nadie
lo esperaba.
Nadie
esperaba que la vida del planeta
se
interrumpiera por culpa de este maldito virus.
Nadie
esperaba la pérdida repentina de los seres queridos.
Todo
es terriblemente injusto.
Las
pequeñas cosas que solíamos dar por descontado, porque
formaban
parte de nuestra vida cotidiana,
se
han convertido de repente en un recuerdo: gestos lejanos que
estamos
deseando repetir para sentirnos vivos nuevamente.
La
idea de normalidad se está disolviendo con el tiempo;
es
un objetivo casi inalcanzable, y la nostalgia nos invade.
Extraño
ver a mis amigos y conversar con ellos frente a una taza de café;
extraño
caminar por el parque con mi música favorita en los oídos;
extraño
visitar a mi familia y disfrutar de una buena cena juntos;
extraño
recorrer la carretera para ir al instituto;
extraño
hablar con mis compañeros entre clase y clase antes de que llegue
el profesor; extraño las noches en pandilla hasta las tantas ;
extraño
estar sentada a la mesa de una sabrosa pizzería;
extraño quedarme parada delante del portal para admirar la puesta de sol;
extraño
esperar el autobús, que llega con retraso;
extraño
montar en bicicleta, sentir el aire que me azota el pelo,
extraño
disfrutar de un buen helado.
Extraño
todo eso.
No
sé qué daría por revivir todo este conjunto de cosas ahora,
solo
para disfrutarlas al máximo, como si fuera la última vez ...
con
esa alegría que solo tienen los niños.
Muy bonita!
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