QUERIDA CUARENTENA

Por Eleonora Di Domizio (IV LB)




Desde los primeros días del mes de marzo, a causa de la COVID-19, el gobierno ha obligado a los ciudadanos italianos a permanecer en casa 
Actualmente, llevamos más de dos meses encerrados en nuetras viviendas.
Sin duda, esta situación de confinamiento ha tenido muchos efectos negativos, tanto en el marco político y económico como  en la vida personal y familiar de todos mis compatriotas.
 Hoy, sin embargo,  querría tratar de ver los aspectos positivos de nuestra condena en casa  .
En primer lugar, desde el comienzo de la pandemia, para limitar la difusión del virus, el ministro de sanidad nos ha exhortado a mejorar nuestra higiene. Todos hemos tenido que aprender cómo se procede a un correcto lavado de manos. Esta y otras prácticas higiénicas harán que en el futuro la difusión de los casos de gripe y de los diferentes virus disminuya.
A raíz del confinamiento, han disminudo en todo el mundo las emisiones de CO2 y se ha desplomado el consumo de carbón en las centrales eléctricas. También la casi paralización del  transporte aéreo ha contribuido a mejorar   las condiciones del aire.
En Venecia, por ejemplo, el agua de los canales aparece menos turbia gracias a la ausencia de los millones de turistas, razón por la que muchas especies de animales, como cisnes y águilas, están empezando a repoblar la ciudad.
Por último, China ha decidido cerrar los mercados de animales salvajes y prohibir el consumo de carne de perros y gatos.
Estos datos alivian un poco nuestro triste confinamiento y contribuyen a generar en nosotros  esperanzas de un futuro mejor: “más limpio”.
Creo que esta pandemia nos ha ayudado a comprender que los seres humanos no debermos  forzar los límites de la madre naturaleza, sino, más bien,  aprender a respetarla por sus magníficos regalos.

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