UNA CUARENTENA QUE ENSEÑA




                                 Por Beatrice Riganti (IV LB)



Nunca hubiera imaginado que pudiera sucederme algo así: estar obligada a quedarme en casa todo el día, no ver a mis amigos, no ir al instituto, dar clases por videoconferencia y salir solo para pasear al perro.


Todas esas pequeñas cosas que dábamos por descontado nos las han arrebatado de repente y ello ha cambiado nuestras vidas.


Tras siete semanas de cuarentena, esta se ha convertido ya en nuestra vida cotidiana; sin embargo, lo único que esperamos y deseamos es que nos digan que todo ha terminado y que ya podemos volver a nuestra vida de siempre.
Aun así, yo trato de ver el lado bueno de las cosas y, sobre todo, lo que esta experiencia nos está enseñando.
Antes que nada, a ser paciente y, también, a convivir con el aburrimiento, que no es algo a lo que estemos acostumbrados en nuestra sociedad, en la que todos vamos de prisa y siempre tenemos algo que hacer o una nueva experiencia que vivir.

Nos está enseñando también a utilizar móviles, ordenadores y en general internet, no solo para entretenernos en nuestro tiempo libre, sino también como herramienta fundamental para nuestro estudio, seguir las clases y comunicar con nuestros profesores.

Otra cosa que acojo con mucha satisfacción es que estoy aprendiendo a administrar mi tiempo durante el día haciendo diferentes actividades: por la mañana sigo  las clases que me tienen ocupada varias horas y esto me ayuda mucho; por la tarde estudio, hago ejercicio, llamo a mis amigos o paso tiempo con mi familia; esto último es otro lado muy positivo de esta situación.
De hecho, antes de la covid-19, debido a todos nuestros compromisos, los momentos que pasábamos juntos eran muy pocos, algunos días solamente durante la cena, mientras que ahora podemos disfrutar de todo este tiempo libre para hablar y divertirnos con nuestros padres y hermanos.

Además de todas estas cosa positivas, esta pandemia me ha hecho reflexionar mucho, y tendría que hacer reflexionar a todo el mundo , porque hemos de  comprender que, aunque sigamos avanzando en todos los ámbitos ( tecnlógico, económico, médico, etc…), la naturaleza es más fuerte que nosotros y en un sólo mes puede hacer que el mundo se detenga, y que nos demos cuenta de que no somos invencibles.



Comentarios